Dawa es la protagonista de ésta historia, ella ahora es una vampira.

En antaño fue mordida por mero capricho de su mentor, Príncipe de la estirpe vampírica que poblaba la ciudad.

En la actualidad, ella trata de buscar sus orígenes, puesto que sus recuerdos tras la conversión de la vida que llevó como humana son casi nulos y el contacto que mantiene con Anhyel, su "señor", también lo son.


Un alquimista, algún que otro licántropo y un par de cazadores logran cruzarse "misteriosamente" en su camino nocturno.

Lo que ellos no saben, es que la amenaza que sobrecae en todos, incluídos el del propio equilibrio, puede llegar a hacer cosas inimaginables... Incluso, juntar caminos de seres tan diferentes como lo son ellos...

... ¿O no tanto?.

lunes, 30 de julio de 2012

Sorteando los límites de la realidad.


Había mucho bullicio, Dawa intentó taparse los oídos con las manos sin abrir los ojos y frunciendo el ceño en señal de molestia, pero parecía tener todas aquellas voces incrustadas en la cabeza.
Entreabrió los ojos y vio algunas sombras de siluetas. Miró en derredor y vio cómo su entorno era diferente. No se encontraba ya en su habitación, donde la oscuridad la acogía y la hacía sentirse segura de todo cuanto le rodeaba. Se levantó apoyándose en la pared y comenzó a andar, tropezó un par de veces hasta llegar al lugar de donde procedía el murmullo, también olía mal... ¿de dónde procedía el hedor?, instintivamente se tapó la nariz. Veía sombras a su alrededor sí, pero no lograba ver de quién se trataban ni lo que estaban haciendo, sólo escuchaba gritos, gritos que le hacían sentir una intensa angustia cada vez que volvía a dar cuenta de ellos. ¿Escuchaba algunas risas también?... prestó más atención y para sí misma dijo; Sí... una risa, y una especie de silbido... volvió a escuchar otro grito y ésta vez sus ojos se abrieron de par en par.

Se despertó y miró con urgencia su alcoba. Sí, se encontraba en ella aunque en el extremo opuesto, de pie, junto al espejo que tenía cubierto con una tela negra, a veces no sabía si le daba más lástima no verse, o incluso alegría porque no le devolviera el objeto su imagen. 
Parpadeó un par de veces hasta ubicarse del todo, ni siquiera había tenido noción de haberse puesto en pie y haber andado hasta el otro extremo.
Asomó levemente la cabeza por la ventana, lo justo y necesario para saber que había anochecido, a veces se sorprendía así misma cuando el sopor que la cobijaba durante las horas de luz, pasaba en tan sólo un suspiro...
Todavía había algo de lo que se sorprendía más aún... ¿Desde cuándo recordaba lo que había soñado?, puesto que ni siendo mortal rara vez recordaba las historias que vivía cuando los brazos de Morfeo la acunaban.


Fue hacia la entrada pero notaba muy pesado su cuerpo, demasiado aplomo... necesitaba ''comer''.
Salió al exterior a que por lo menos le diera el aire, respiró la humedad de la intemperie y escuchó el ulular de una lechuza que seguramente sobrevolaría las cercanías, en busca de un refugio entre las ramas de los árboles del bosque. El bosque pensó... "animales de sobra de los que poder alimentarme", pero rechazó de inmediato la idea... No se sentía segura en ese estado.
De pronto, un leve vahído la hizo dejar completamente de lado alguna posibilidad de adentrarse en el bosque. Pensó en ese momento; que si batía alas el recorrido hasta la ciudad sería más rápido y pasaría desapercibida.
Alzo el vuelo.

Aunque recorriera el cielo igual de rápido que una estrella fugaz, su sensación de desvanecimiento no lograba mitigar por lo que una vez que se hallaba medianamente cerca, se vió obligada a descender en un claro donde no había nadie. ''Escondió'' sus alas oscuras bajo su capa y se fue apoyando en las paredes que iba encontrando a su paso intentando no caer, se notaba exhausta y algo aturdida, tanto que; sin preverlo, sus rodillas se clavaron en la tierra fría.


Un lobo volvió aullar retumbando tanto sus tímpanos como su cabeza y maldijo a los lupinos, a la luna y a la necesidad de ingerir alimento.
No se dio cuenta de que un lobo grisáceo se encontraba frente a ella, sentado sobre sus patas traseras, mientras jadeaba, de nuevo escuchó gritos, no sabía de dónde salían sólo quería que dejaran de producir esa sensación de agotamiento en su cabeza.
Miró al lobo, era pequeño y a simple vista parecía inofensivo, pero su olor le repugnaba, hizo un amago de levantarse despacio y el lobo en un intento de imitarla; se apoyó sobre sus cuatro patas ahora, sin quitarle sus ojos amarronados de encima y ladeó un poco la cabeza al ver como la vampira se desplomaba, ésta miró por encima de las orejas puntiagudas del animal y vio algo oscuro, más negro que la propia noche cerrada en la que se encontraban y que ondeaba en el horizonte.
Dawa se agazapó, cerró los ojos y se hizo un ovillo en el suelo, no tenía fuerzas y sólo esperaba que no hubiera ningún humano cerca y su voluntad fuese menor que el hambre.

2 comentarios:

  1. Genial!!!! Ains que se me pasan las entradas espero que me perdones, pero lo bueno es que asi me las leido de un tirón y no tenido que esperar no hay nada que por bien no venga XD

    Besukos guapaa!!!!

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    1. jajaja no te preocupes guapa, si no pasa nada, para eso hice el blog, para que de una manera más cómoda y como buenamente queráis las vayáis leyendo sin necesidad de tener tantísimas entradas de por medio.

      Además que es verano, y ya se sabe todos estamos más perrillos con el calor. Lo importante es que te acuerdas de que este rinconcito existe... y pasas y como bien dices, no hay mal que por bien no venga.

      Espero que te esté gustando la historia.

      Un Besazo, Guapísima.

      =^.^=

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